La masonería y sus santos patronos

Actualmente los masones del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, conmemoran los dos solsticios principales y, al mismo tiempo, festejan con total normalidad al San Juan correspondiente .

El encabezamiento de los Estatutos de los Canteros de Bolonia (1248), se inicia con la siguiente invocación: «En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén». Son muchos los antiguos documentos masónicos medievales, pertenecientes a la masonería operativa, que tienen un comienzo similar.  Esto significa que estas corporaciones de constructores medievales se habían imbuido del espíritu y los principios cristianos de esa época. 

Los cuatro santos coronados: Severino, Severo, Carpóforo y Victorino profesaban la religión cristiana. Estaban, como militares, al servicio del emperador Diocleciano (284-305) y vivieron a finales del siglo III y a principios del siglo IV. Por negarse a hacer un sacrificio al dios Esculapio fueron arrestados, torturados y asesinados. Actualmente, sus restos se encuentran en la basílica romana de los Cuatro Santos Coronados (que data del siglo IV o V y que está situada entre el Coliseo y San Juan de Letrán). Las reliquias fueron llevadas a ese templo por orden de papa Honorio y la fiesta en honor de estos cuatro santos se celebra el 8 de noviembre por orden del papa Melquiades. Son patronos, entre otros, de los escultores y canteros. En honor a ellos, la Gran Logia Unida de Inglaterra tiene una logia de investigación, de fama mundial, denominada «Logia Quatuor Coronati» nº 2076.

Los Patronos principales de la Masonería son los dos San Juan: el de verano, San Juan Bautista (24 de junio) y el de invierno, San Juan Evangelista (27 de diciembre).  La Iglesia hizo coincidir los dos San Juan con las celebraciones paganas de los dos solsticios.  Como se sabe, la masonería operativa integrada en los «Collegia fabrorum romanos», festejaba desde tiempos remotos ambos solsticios en honor al dios «Janus», al que se relacionaba con las denominadas puertas solsticiales: la de los hombres (verano) y la de los dioses (invierno). Actualmente, los masones del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, legítimos   herederos de esa ancestral tradición, continúan conmemorando ambos solsticios y, al mismo tiempo, festejan con total normalidad al San Juan correspondiente que, en su día, adoptaron como su santo patrón.

San Juan Bautista nació durante la Tetrarquía herodiana a finales del siglo I a.C. Sus padres fueron Isabel y el sacerdote Zacarías. «No tenían hijos, porque Isabel era estéril y los dos eran de edad avanzada», (Lc. 1, 5-7). Un día, estando Zacarías en el templo, el arcángel Gabriel le anunció el embarazo de su esposa. Zacarías no creyó al arcángel y éste le reprochó su incredulidad y lo enmudeció, (Lc 1, 11-18). Cuando el niño nació preguntaron a Zacarías, por señas, qué nombre querían ponerle. «Zacarías pidió una tablilla y escribió <<Su nombre es Juan>> y todos se quedaron asombrados», (Lc. 1:62-64).San Juan Bautista, » la voz que clama en el desierto», pedía «preparar los caminos del Señor», (Juan 1:23).  Durante su vida predicó la llegada del Mesías y bautizó a miles de personas en el río Jordán. Era «Un hombre enviado por Dios que << no era la Luz>> pero que <<vino como testigo para dar testimonio de la Luz, de manera que a través de él todos creyeran>>, (Juan 1:6-8). Murió decapitado en la cárcel, en Maqueronte, Jordania, un 29 de agosto del 31-32 d.C. «Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo enterraron», (Marcos 6, 17-29).

San Juan Evangelista, como su hermano Santiago, fueron Apóstoles. Hijos de Salomé y Zebedeo, eran originarios de Galilea, trabajaban como pescadores en el lago Tiberíades y eran conocidos como «los hijos del trueno», (Mc. 3.17). San Juan Evangelista presenció la resurrección de la hija de Jairo ( cf.Lc. 8,15); la transfiguración en el monte Tabor (cf.Lc.9,28) y la agonía en Getsemaní (cf. Mc 14,33). Fue el único apóstol que siguió a Jesús hasta la Cruz, acompañando a María (cf. Jn 19, 26-27) y el primero que creyó en el anuncio de la resurrección de Jesús (cf.Mt 28,8).Según la tradición se trasladó con María a Éfeso y desde allí evangelizó el Asia Menor. Durante la persecución de Domiciano fue desterrado a la isla de Patmos y cuando Nerva fue emperador (96-98) regresó a Éfeso donde murió alrededor del año 104.El Evangelio de San Juan se caracteriza por la abundancia de símbolos. Se le conoce como el «Evangelio espiritual» y, también, como el «Evangelio del Logos».  Logos divino que significa la «Palabra eterna creadora del Dios Padre. Posteriormente, «Logos» fue traducido al latín como «Verbum». San Juan fue el autor de un libro canónico conocido como «El Apocalipsis», término que debemos traducir como «revelación». Se trata de un libro profético, redactado entre los años 90-100 d.C, que tiene un mensaje de esperanza que se transite con símbolos muy sugestivos y evocadores: «Los siete sellos» (cf. Ap. 6-8,1); «Las siete trompetas» (cf. Ap. 8.6-11, 19); «Los siete ángeles con las siete copas» (cf. Ap. 15,5-16.21). La Iglesia Católica conmemora la festividad de San Juan Evangelista el 27 de diciembre. Como podemos observar, en  una fecha muy próxima al solsticio de invierno. 

Para finalizar, quisiera relatar, como curiosidad histórica, que el 19 de junio de 1955 el Papa Pío XII beatificó a 14 sacerdotes de la Orden de los Hermanos Menores Conventuales que habían sido ejecutados durante la Revolución Francesa en el departamento de la Mayenne. Uno de ellos, el sacerdote y masón Juan María Gallot (1747-1794), fue guillotinado el 21 de enero de 1794. Los restos de este sacerdote masón, junto con los otros trece sacerdotes ejecutados, están depositados en la Iglesia de Avesnieres.  (Extractado de: José A. Ferrer Benimeli (Universidad de Zaragoza), “La Iglesia católica y la masonería: visión histórica”, en José A. Ferrer Benimeli (dir.) Masonería y religión: convergencias, oposición, ¿incompatibilidad?, Madrid, 1996, pp. 187-201).

Imagen de la entrada: San Juan Juan Bautista y San Juan Evangelista, de El Greco. 1600 – 1610. Óleo sobre lienzo, 110 x 86 cm.

Comentario de la obra: En medio de un paisaje pedregoso y bajo la amenaza de un cielo de tormenta, san Juan Evangelista y san Juan Bautista se presentan en primer término y en actitud de dialogar. Cada uno aparece con la indumentaria y los atributos de su iconografía tradicional: el Evangelista es un joven imberbe que se cubre con túnica azul y un amplio manto rosáceo; bendice
el cáliz del que brota un dragoncillo, referencia al intento de envenenamiento del que salió indemne. Muy próximo a él, posada en el lado derecho del suelo, el águila que le distingue como autor de uno de los evangelios canónicos. El apóstol gira la cabeza hacia su izquierda, hacia el Bautista, el último de los profetas de Cristo y el primer santo del Nuevo Testamento. El considerado precursor del Mesías se cubre con la piel de camello que utilizó en su retiro en el desierto de Judea, en donde las penurias físicas padecidas le proporcionaron un aspecto ascético y demacrado. Se acompaña además de dos símbolos cristológicos: la cruz de cañas y el cordero con la filacteria que señalaría (la habitual inscripción no es del todo perceptible) la condición redentora de Jesucristo: AGNUS DEI. En la lejanía se ha representado sumariamente un paisaje de suaves colinas animadas con algunos árboles y un gran edificio abocetado a la derecha del Bautista, tal vez, como se ha venido diciendo, una imagen del monasterio del
Escorial. Los celajes se convierten en formas envolventes que rodean a los dos personajes: una inquietante sombra en torno al Bautista y un vertical aborrascamiento, como refirió Camón, cuando se sitúan en torno al Evangelista (Texto extractado de Ruiz, L.: El Greco en el Museo Nacional del Prado. Catálogo razonado, Museo Nacional del Prado, 2007, pp. 135-139).

Sobre el autor: Pablo Bahillo Redondo es Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Valladolid. DEA en Farmacología por la Universidad de Valladolid. Médico. Miembro de número de la Asociación Española de Médicos Escritores y Artistas. Actualmente Doctorando en Historia Contemporánea en la Universidad de Extremadura. Ha presidido la Gran Logia General de España y el Supremo Consejo de España.