La masonería, la teoría del conocimiento y la flauta de Sócrates

Sócrates se puso a ensayar con su flauta mientras el verdugo le preparaba la cicuta. Un alumno le preguntó por qué hacía eso en sus últimos momentos y el filósofo le contestó: porque quiero morir sabiendo tocar esta melodía.

La masonería, la teoría del conocimiento y la leyenda de la flauta de Sócrates son elementos que, a primera vista, pueden parecer inconexos. Sin embargo, al profundizar en su significado e implicaciones, se revela una interesante interrelación entre ellos. En este artículo, exploraremos cómo estos tres conceptos se entrelazan y se complementan, revelando una visión más amplia del aprendizaje y la búsqueda de la verdad.

La masonería es una antigua fraternidad que se basa en principios filosóficos y éticos. A lo largo de la historia, los masones han sido conocidos por su compromiso con la búsqueda de la verdad y el conocimiento. En sus logias, se llevan a cabo rituales y se transmiten enseñanzas simbólicas que buscan despertar la sabiduría interior de cada individuo. Los masones se consideran constructores, no solo en el sentido físico, sino también en el sentido de construir una sociedad basada en la justicia y la virtud.

La teoría del conocimiento, por otro lado, se ocupa de examinar la naturaleza y los límites del conocimiento humano. Se pregunta cómo sabemos lo que sabemos y cómo podemos distinguir entre la verdad y la falsedad. Uno de los filósofos más influyentes en este campo fue Sócrates, quien defendió el método de la mayéutica, que consiste en hacer preguntas y llevar a cabo un diálogo para extraer el conocimiento latente en la mente de las personas. Sócrates creía que el verdadero conocimiento se encuentra dentro de nosotros y solo necesita ser recordado o «parido» a través del diálogo.

Se cuenta que un día, un discípulo de Sócrates se acercó al filósofo y le preguntó cómo podía alcanzar la sabiduría. Sócrates, en respuesta, lo llevó a un río cercano y lo sumergió en el agua. Mientras el discípulo luchaba por respirar, Sócrates lo soltó y le preguntó qué deseaba más en ese momento. El discípulo respondió: «¡Aire! ¡Quería aire!» Sócrates le dijo entonces que, para alcanzar la sabiduría, debía desearla tanto como deseaba el aire en ese momento desesperado.

Esta historia destaca la importancia de tener un deseo ardiente de buscar el conocimiento y la verdad. Sócrates nos enseña que solo cuando anhelamos el conocimiento con una pasión similar a la del discípulo por el aire, estamos verdaderamente abiertos y dispuestos a buscar y asimilar la verdad.

Emil Cioran en su «Brevario de podredumbre» refiere en Desgarradura que, mientras le preparaban la cicuta, Sócrates se ejercitaba con una flauta . Y cuando se le preguntó para estaba haciendo tal cosa poco antes de morir, el filósofo responde impasible: para saber esta melodía antes de morir. Y el escritor rumano intenta explicar con este ejemplo la esencia del conocer, justificando la voluntad de conocimiento, tanto si se practica en el umbral de la muerte como en cualquier otro momento.

Aquí es donde se encuentra la conexión con la masonería y la teoría del conocimiento. Tanto la masonería como la teoría del conocimiento se basan en la idea de que el conocimiento y la verdad están disponibles para aquellos que los buscan sinceramente. Los masones, a través de sus rituales y enseñanzas simbólicas, buscan despertar la conciencia y la sabiduría interna de cada individuo. La teoría del conocimiento, por su parte, busca entender cómo se adquiere y se justifica el conocimiento.

En última instancia, tanto la masonería como la teoría del conocimiento nos invitan a reflexionar sobre nuestra propia búsqueda de la verdad y la sabiduría. Nos recuerdan que el conocimiento no se encuentra simplemente en la acumulación de información, sino en la apertura de nuestra mente y el deseo ferviente de descubrir la verdad más profunda que yace en nuestro interior.

Sócrates nos recuerda que este deseo y anhelo por la verdad deben ser tan intensos como el deseo de aire en un momento de desesperación. Solo cuando estamos dispuestos a sumergirnos en la búsqueda del conocimiento con un fervor similar, podemos esperar alcanzar la sabiduría que tanto anhelamos.

En homenaje a Nuccio Ordine, filósofo y escritor italiano fallecido el 10 de junio de 2023 E.·.V.·., reconocido por ser un especialista en la época, arte y literatura del Renacimiento y del pensamiento de Giordano Bruno. Ganador del Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades del año 2023.

Felix, qui potuit rerum cognoscere causas (Virgilio, Libro II, verso 490 de las Geórgicas, 29 a.C.).

Fuentes: Wikipedia; Manifiesto a utilidad de lo inútil, de Nuccio Ordine; Brevario de podredumbre, de Emil Ciorán.

Imagen de la entrada: «La muerte de Sócrates (La Mort de Socrate)» pintura de 1787 realizada por el artista francés Jacques-Louis David. Actualmente se exhibe en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York.

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