Los landmarks y el concepto de espisteme en Michael Focault

Un análisis crítico sobre la naturaleza aparentemente inmutable y esencial de los landmarks en masonería.

El concepto de Landmark está directamente relacionado con el de la regularidad masónica, en tanto en cuanto según la corriente promovida por la Gran Logia Unida de Inglaterra, tal regularidad requiere, además del reconocimiento por dicha Gran Logia, la aceptación de unos principios inmutables contenidos según ellos en los Landmarks y las Constituciones de Anderson, a saber:

a) La obligatoriedad de la creencia en dios, denominado Gran Arquitecto del Universo. 

b) La obligatoriedad de la creencia de la inmortalidad del alma. 

c) Ser varón. 

Los Landmarks, considerados estrictamente, son reglas que han existido desde tiempo inmemorial -ya sea en forma de ley escrita o de tradición oral- y que, inmutables, son coesenciales con la Sociedad masónica. 

En relación a las Constituciones de Anderson, en 1723 la Gran Logia de Londres y Westminster codificaba sus antiguos documentos dando lugar a unas nuevas Constituciones. Los masones   “Modernos”, pretendían nacer del propio seno de la Orden de sus predecesores, y por ello la reforma de Anderson y Desaguliers se presentaba como continuidad y reformulación necesaria de una Orden ya venerable, cuyas leyendas de los orígenes encerraban profundos significados simbólicos y alegóricos. 

Es indiscutible que tanto los Landmarks o antiguos linderos como las Constituciones de Anderson, pueden constituir dos  de las fuentes primordiales de los principios masónicos. Pero la naturaleza oral y alegórica de los primeros, y el trascurso del tiempo en ambos casos, hace preciso una lectura crítica más allá de sus significados aparentes o literales. 

Es en este momento cuando quiero traer a colación el concepto de EPISTEME para Michel Focault, que fue un filósofo, historiador, sociólogo y psicólogo francés fallecido en 1984, y conocido principalmente por sus estudios críticos sobre las instituciones sociales. 

Episteme es un término que etimológicamente procede del griego y en la terminología de Platón, episteme significa conocimiento en tanto «conocimiento justificado como verdad», a diferencia del término «doxa», que se refiere a la creencia común o mera opinión. 

Es Michel Focault quien, en el siglo XX, reintroduce el concepto de episteme en su célebre libro “Las palabras y las cosas” (1966), dándole al término connotación posmoderna y aún más vigente a la palabra episteme. En tal concepción, la episteme aparece como el marco de saber acorde a determinada «verdad» impuesta desde un poder en cada época. 

Es decir, para Focault el pensamiento humano no ha progresado de forma continua desde la antigüedad hasta hoy, sino que es algo único y diferente en cada época. Por ejemplo, la idea de “locura” cambió drásticamente  en la época moderna, ya que con anterioridad, en la Edad Media, no estaba mal vista, y era aceptada porque se interpretaba como un modo de pensar más cercano a la verdad divina, que el modo de pensar de la gente común (el loco es el que puede contar la verdad, se pensaba).

Sin embargo cuando se constituye la estructura social moderna, la locura es claramente rechazada y el loco es objeto de encierro por no dejarse convertir en fuerza de trabajo. 

Así, en su obra “Las palabras y las cosas”, Focault reconoce su extrañeza ante el término o voz “animal” de cierta enciclopedia china medieval que aparece en un cuento de Borges. En la citada enciclopedia china existe una clasificación de animales, divididos en criterios incompresibles  para nosotros, tales como “pertenecientes al Emperador”, “embalsamados”, “que acaban de romper el jarrón”, “que de lejos parecen moscas”, etc.    

Para Focault, del mismo modo, los seres humanos del futuro, dotados de una nueva episteme, tampoco comprenderán un libro de ciencias del siglo XX o XXI. 

A esta circunstancia, Focault la llama la brecha epistémica. 

Conforme a esta brecha epistémica, ¿como podemos mantener hoy el concepto de landmark masónico como algo inmutable y de naturaleza intrínsecamente esencial? ¿Existe ya una cierta brecha de esta naturaleza entre los masones del siglo XVII y los actuales? 

Por ejemplo para el Gran Oriente de Francia la regularidad masónica de una logia estaría determinada por: 

a) Ser reconocida por al menos tres Potencias Masónicas, y estar conformada al menos por siete maestros masones. 

b) Trabajar con un ritual utilizando las herramientas de la construcción. 

c) Reunirse en lugares cerrados, y trabajar en los grados de aprendiz, compañero y maestro. 

d) Es masón regular quien ha sido iniciado en una logia regular. 

¿No es este un concepto de regularidad masónica más cercano al marco de saber actual? 

Por ello se puede decir que los principios fundamentales de la Orden, son los que le han permitido y le seguirán permitiendo mantener su integridad como organización original y diferenciada de otras, pero tales principios son sólo relativamente inalterables, y deben estar apegados sobre todo a la razón y a la verdad universal.  

Y conforme al concepto de episteme de Focault, los masones tenemos el compromiso y la responsabilidad de encontrarles una interpretación acorde a las circunstancias que nos vaya marcando nuestro momento histórico, de acuerdo al lugar y al tiempo que nos ha tocado vivir, tal como lo han hecho los HH:. que como Anderson y Mackey nos precedieron en el trabajo masónico.

Aristóteles, maestro masón.

Imagen de portada: retrato del filósofo Michael Focault, por Inge Knoff

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