El pelícano

La leyenda nos habla del pelícano que alimenta a las crías con su propia sangre, hasta el punto de morir por ellas, convirtiéndose así en símbolo de la muerte redentora de Cristo.

Según el Physiologus (1), el pelícano es un ave que mata a sus díscolas crías (según otras versiones es una serpiente quien las mata) pero que al cabo de tres días las resucita a la vida con su sangre, procedente de las heridas que ella misma se infiere. En el arte y literatura medievales, la muerte de las crías pasó a un segundo lugar, dando paso a la leyenda del pelícano que alimenta a las crías con su propia sangre, hasta el punto de morir por ellas, y convirtiéndose así en símbolo de la muerte redentora de Cristo.        

Por ello el pelícano se representa alimentando a sus tres crías con su propia carne y sangre; el amor y abnegación que representa está relacionado con el conocimiento, la transferencia y la renovación de las generaciones. La sangre se considera el tónico de la vida.         

Se puede considerar que este simbolismo de renovación (resurrección si se quiere), aparece también reflejado en la leyenda del grado 18º del Rito Escocés Antiguo y Aceptado (REAA en adelante) cuando, tras ser aniquilada la masonería, los buenos masones se vieron obligados a viajar en la oscuridad durante tres días, hasta que el que con ellos había viajado durante treinta y tres años (Cristo, sin duda), les enseñó que la mejor manera para encontrarla sería reconocer las tres columnas de la Esperanza, la Fe y la Caridad, ya que con esa ayuda la Sublime Palabra podría ser reencontrada. Y por ello al cabo de tres días la voluntad del Gran Arquitecto del Universo volvió a dar su destello de LUZ (…).

El pelícano está representado en el mandil y en los ornamentos del grado 18º del REAA, y en línea con lo anteriormente expuesto, simboliza a Cristo y su autosacrificio, o la muerte  y el renacimiento de la Naturaleza, además de la renovación de la institución masónica como ya expuse antes. En la joya y mandil del grado aparece el pelícano en el centro del compás rodeado de sus polluelos, en actitud de despedazarse el pecho para alimentarles.  

Las tres crías del pelícano se han hecho corresponder con las tres virtudes teologales: fe, esperanza y caridad. Sin embargo, en el simbolismo masónico del REAA, los polluelos son siete, suma de las tres anteriores y de las que representan a la prudencia. la justicia la fortaleza y la templanza.       

Aunque lo hallamos en el simbolismo del grado 18, el pelícano es un símbolo esencialmente cristiano. Diversas leyendas nos explican que el pelícano puede llegar, en caso de necesidad a alimentar a sus hijos con su propia carne, por lo que se lo ha comparado con Cristo cuan­do en el momento de la Santa Cena, dice “ésta es mi carne” (en realidad, el Evangelio, Mateo XXVI, 26, dice “Tomad, comed, este es mi cuerpo”, pero la versión católica ha conservado “esta es mi carne”).

René Laban nos indica que de alguna manera se puede establecer un paralelismo entre el pelícano, en hebreo Sheknai y la Presencia Divina o, si lo preferimos, el aspecto femenino de Dios, la Shekinah (2), un concepto nada ajeno al esoterismo masó­nico y de la construcción. Lo cual nos invita a considerar el pelícano también como un símbolo de la luz, ya que según René Guénon, la tradición secreta concerniente a la Shekinah tendría alguna relación con la Luz del Mesías.

Hay que señalar que los pasajes de la Escritura donde se menciona muy especialmente a la Shekinah son aquellos donde se narra la construcción de un centro espiri­tual: la creación del Tabernáculo (3), la edifi­cación de los templos de Salomón y Zorobabel (4).

Unos centros como éstos, constituidos en con­diciones regularmente definidas, debían ser en efecto el lugar de la manifestación divina, representado siempre como “LUZ”. Y es curioso señalar que la expresión de “lugar muy ilumi­nado y muy regular”, que la masonería ha conservado para definir el espacio de una logia, y de la que René Guénon dice que representa «un recuerdo de la antigua ciencia sacerdotal que regía la construcción de los templos», que no era exclusiva de los judíos.

Ello puede relacionarse con el Proverbio 9, que bajo la rúbrica general de “Nueva invitación de la sabiduría” dice en su versículo primero:

La sabiduría se ha hecho una casa, ha labrado siete columnas.

Donde la sabiduría seria la Sheknai o el pelícano, y las siete columnas, las siete sefiroth inferiores o las siete virtudes, «hijas del pelicano”.   

En la parashah (5) Vaiehi, el Zohar nos enseña que:

La Shekinah no descansa en lugar defectuoso o perturbado, sino solamente en un lugar adecuadamente preparado, un lugar de júbilo.

Este lugar es precisamente el Templo o, más concretamente, el “lugar muy iluminado y muy regular” al que hacía alusión antes.

Aristóteles, m.·.m.·. (n.·.s.·.).

Imagen de la entrada: Iglesia de San Martín, Palencia. Capitel con pelícanos.

Notas:

1. El Physiologus es un manuscrito redactado en griego por un autor desconocido, y compilado con fines moralizantes. Probablemente se escribió en Alejandría, entre el siglo II y el IV. Fue uno de los libros más populares de la Edad Media, que aparece en la mayoría de las lenguas: siríaco, latín, armenio, etíope, árabe, etc. El Physiologus contiene un conjunto de descripciones de diversos animales, criaturas fantásticas, plantas y rocas, la mayoría con frases y sentencias moralizantes (Wikipedia).

2. Shekinah o Shejiná es una palabra hebrea que significa ‘la radiancia’ o ‘la presencia’ de Dios (Yahveh, Jehová). Muchos sostienen que la shejiná representa los atributos femeninos de la presencia de Dios (ya que Shejiná es una palabra femenina en hebreo), con base especialmente en el Talmud. (Wikipedia).

3. La Parashah o parashá de la semana, es el nombre dado a cada una de las 54 partes en la que se divide la Torá (Pentateuco) en el judaísmo, para así facilitar su lectura semanal a lo largo de un ciclo anual (Wikipedia).

3. El Tabernáculo o Santuario, (en hebreo, literalmente «morada»), según el Tanaj (también conocido como Mikrá, conjunto de los veinticuatro libros sagrados canónicos en el judaísmo), fue el santuario móvil construido por los israelitas bajo las instrucciones dadas por Dios a Moisés en el Monte Sinaí (Wikipedia).

4. Zorobabel es un personaje bíblico, nieto de Joaquín y líder de los judíos exiliados que retornaron de Babilonia. Según el Nuevo Testamento es uno de los antepasados de Jesús. En el reinado de Ciro, condujo el primer grupo de judíos (42.360 personas según la Biblia) que regresaron a Judá después del cautiverio babilónico. Fue, también, quien puso los cimientos del Segundo templo en Jerusalén.

5. El Zohar (en idioma hebreo «esplendor») es, junto al Séfer Ietzirá, el libro central de la corriente cabalística. Está comprendido por exégesis (Midrashim) bíblicas, organizadas según la porción semanal de lectura de la Torá (la parashá semanal). 

Bibliografía:

Diccionario Akal de Francmasonería.

Diccionario Rioduero de símbolos.

Daniel Beresniak, “Símbolos de la francmasonería”.    

René Labán, “Los símbolos masónicos”.

Antiguo Testamento, Libros poéticos y sapienciales, Proverbios.   

Nuevo Testamento, Testamento según San Mateo.

Instrucción del Grado 18º del Supremo Consejo de España, Edición 2000 del Supremo Consejo de España.    

René Guénon, “El rey del mundo”.    

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