La regularidad masónica (1)

En esta entrada se abordará el significado masónico de la palabra regularidad, que posee unas connotaciones diferentes al uso habitual de la palabra y que ha significado un elemento de ruptura en el movimiento masónico internacional. 

Objetivos:  

·      Reflexionar sobre la necesidad de la superación de las diferencias, en términos de utilidad para la masonería como movimiento universal. 

·      Dar a conocer la significación de este término – en su acepción masónica – para aquéllos que ni son masones ni estudiosos del tema.

 ·      Comprender las causas y orígenes de la regularidad masónica, como forma de superar esta situación. Y ello porque, siguiendo a Baruch Spinoza,  hay que aprender para entender, porque entender es ser libre.  

Mirando al futuro. La posible superación de esta situación: el masón anónimo. 

Fernando Pessoa (1888-1935) uno de los más grandes autores de la lengua portuguesa, y quizás el más importante poeta europeo del siglo XX, hace una interesante reflexión sobre el hecho que aunque la masonería se encuentra dividida en una variedad de sensibilidades y distinciones formales, y carece de una autoridad central que actué de homogeneizadora al estilo de la Iglesia Romana, existe una unidad espiritual entre sus miembros. Efectivamente las Obediencias masónica son autónomas e independientes entre sí, sin embargo el espíritu de los rituales y sobre todo el de los Grados Simbólicos, tienen mucho en común aunque sean trabajados por Obediencias diferentes. “En palabras más perspicaces, pero necesariamente menos claras: quien tuviere las llaves herméticas, en alguna forma del ritual encontrará, bajo más o menos velos, las mismas cerraduras. (…) Existe un común lenguaje simbólico y ese lenguaje comparte una comunión de espíritu profundo que no se quiebra por la existencia de diferentes Obediencias masónicas. Pessoa, F. (2008). Escritos sobre ocultismo y masonería. Titivillus. 

La figura de teólogo jesuita Karl Rahner constituye un modelo de apertura en la teología de la iglesia católica del siglo XX, una iglesia que siempre ha manifestado su supremacía sobre las demás religiones como fuente de salvación (Declaración Nominus Jesús, Congregación para la Doctrina de la Fe, Joseph Ratzinger, año 2000). La legitimidad que Karl Rahner reconoció en las religiones no cristianas es uno de los mayores aportes hechos a la Iglesia en la línea del ecumenismo, aportación que se centra en la noción del cristiano anónimo, que amplía universalmente el horizonte de salvación abarcándolo a todos los seres humanos, con independencia de la fe que profesen. 

Simplificando muchísimo la compleja teoría del cristiano anónimo: 

Partiendo de una antropología teológica que distingue los conceptos de categorial y trascendental, considera que el ser humano tiene una necesidad esencial de acceder al dominio de lo trascendental y atemático. Pero esta necesidad nunca puede detenerse, puesto que cualquier respuesta que obtengamos es el planteamiento de una nueva pregunta (experiencia trascendental). Gracias a esta experiencia, Rahner considera que el hombre rebasa su propia finitud al experimentarse justamente como finito. 

A partir de esta premisa Rahner considera que junto a los cristianos explícitos (bautizados y practicantes), existen los cristianos anónimos, que son todas aquellas personas que mediante la experiencia trascendental antes aludida – aún sin saberlo – entablan una autocomunicación con Dios y practican un saber anónimo de Dios, a ellos los llama Rahner cristianos anónimos.  

Y esto me lleva a la consideración de entender que los masones de las distintas obediencias y corrientes que existen, amparados en nuestra necesidad inherente de conocimiento, de universalidad, de fraternidad, de lenguaje común simbólico (como decía Pessoa) y de trascendencia iniciática, nos consideremos todos masones anónimos capaces de reconocernos entre nosotros como tales, al margen de la específica obediencia a la que pertenezcamos, y respetando las concretas circunstancias en las que practiquemos nuestros trabajos como masones explícitos. Podría ser un buen punto de partida, si practicamos la generosidad necesaria para ello y renunciamos a intentar imponer nuestro concepto de masonería

(continuará).

NOTAS:

1.- La presente entrada es una reproducción escrita de la charla «Masoneria, regularidad, deismo y teismo» impartida por Carlos Berástegui Afonso el 24 de octubre de 2023 con ocasión de la inauguración de la exposición «La eterna luz de la masonería» en la Biblioteca Municipal Central de Santa Cruz de Tenerife.

2.- Para la elaboración de esta entrada y del texto de la referida charla, se utilizaron dos fuentes básicas: un artículo del historiador Kipling (n.·.s:·.) que se publicará en el próximo libro del I Centenario de la Gran Logia de Canarias, La regularidad masónica, un pretexto para la exclusión en la búsqueda de la hegemonía»»; y un artículo sobre «masonería, regularidad, deísmo y teísmo, del médico e historiador Pablo Bahíllo Redondo que también se publicará en dicho libro. A ambos, un eterno agradecimiento.

Imagen de la entrada: ilustración de Baruch Spinoza.

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