“Descreer” y crear la utopía (2)»

¿La Masonería podría proponer algo a la sociedad? La respuesta es que sí: una escuela de perfección, de reflexión, de filantropía activa, de vivencia de la fraternidad, de educación con el ejemplo y de progreso. Pocas instituciones tienen objetivos tan amplios y tan ambiciosos.

3.-Conclusiones.

Por todo lo anterior, pese a que partimos de un análisis crítico de la realidad que puede no estar exento de polémica (es matizable, para algunos demasiado pesimista y para otros menos agresivo de lo que debiera), la conclusión para el masón tiene que ser de optimismo activo.

En alguna ocasión nos hemos planteado si, en un mundo en el que abundan las ONG; las asociaciones de múltiple orientación y color; los clubes de todo tipo o las instituciones filosóficas y filantrópicas más variadas, la Masonería podía proponer algo a la sociedad. La respuesta es que sí: una escuela de perfección, de reflexión, de filantropía activa, de vivencia de la fraternidad, de educación con el ejemplo y de progreso. Pocas instituciones tienen objetivos tan amplios y tan ambiciosos.

Por eso, desde nuestra óptica, podemos responder a todos los interrogantes planteados al comenzar este escrito: podemos confiaren construir un Estado, una Justicia, un entramado financiero y económico o unos medios de comunicación de masas cada vez más perfectos, con estructuras e instituciones dignas, al frente de las cuales estén ciudadanos que trabajen por el bien común desde sólidos principios éticos. Ello supone implicación, dado que la utopía no se construye sola.

El masón, cuando adquiere responsabilidades en el ámbito de la política desde cualquier posición ideológica; cuando trabaja en los distintos niveles del poder judicial; cuando actúa como empresario o informador, debe ser un referente ético de progreso (de cambio positivo). Tener ministros, jueces, banqueros, constructores, profesores de universidad, filósofos, profesionales liberales de todo tipo, que ingresan en la Orden sin más no nos es imprescindible; tener masones de verdad que lleguen a esas y otras posiciones para dignificar la res publica (desde lo más cercano, insignificante y cotidiano hasta las más altas tareas de nuestra sociedad) es el objetivo.

4.- Elementos para la reflexión.

  1. ¿Somos ejemplo de aquello que predicamos? ¿En qué fallamos?
  2. ¿Confiamos de verdad en nuestras posibilidades como institución y como masones para mejorar nuestra realidad? ¿Tenemos claro cómo queremos transformar este mundo y hacer progresar a la Humanidad? ¿Estamos seguros de que todos buscamos el mismo ideal de transformación y de progreso?
  3. ¿Hasta qué punto estamos dispuestos a implicarnos en la construcción de la utopía?
  4. Recogida de ideas sobre cómo implicarnos positivamente en la transformación de nuestra realidad:
  5. Como logia.
  6. Como Obediencia.
  7. A título personal.

Diferenciamos para ello acciones que supongan la implicación y el trabajo activo de los interesados de aquellas que precisen la mera aportación económica.

Lo ideal sería que esas ideas diesen pie a la creación de proyecto(s) de actuación colectiva a medio y largo plazo.

Kipling (n.·.s.·.), m.·.m.·. de la R.·.L.·. Acacia nº 4 de la Gran Logia de Canarias.