Los Masones y la Comuna de París.

Un desfile masónico por la paz y la reconciliación.

El próximo jueves 29 de abril de 2021 a las 20 horas de Paris ( 19 horas de Canarias), la Gran Logia de Francia, obediencia masónica con la que la Gran Logia de Canarias mantiene un tratado de amistad, organiza un webinar dedicado a los 6.000 masones en el municipio de París que – arriesgando su integridad personal – el 29 de abril de 1871, portando sus condecoraciones y sus estandartes, marcharon por París con el objetivo de reconciliar los opuestos y restaurar la paz quebrada a raíz del movimiento insurreccional de la Comuna de Paris.

Compartimos un vídeo explicativo en francés con una entrevista al organizador del evento, Jean Claude Joly, así como el enlace para inscribirse en el evento (en francés): enlace de inscripción.

La Comuna de París (en francés: la Commune de Paris) fue un movimiento insurreccional que del 18 de marzo al 28 de mayo de 1871, gobernó la ciudad de París, instaurando el primer gobierno de la clase obrera del mundo cuyo espíritu era el socialismo autogestionario.

La Comuna (el término commune designaba entonces y aún designa al ayuntamiento en francés) gobernó durante 60 días promulgando una serie de decretos revolucionarios, como la autogestión de las fábricas abandonadas por sus dueños, la creación de guarderías para los hijos de las obreras, la laicidad del Estado, la obligación de las iglesias de acoger las asambleas de vecinos y de sumarse a las labores sociales, la remisión de los alquileres impagados y la abolición de los intereses de las deudas. Muchas de estas medidas respondían a la necesidad de paliar la pobreza generalizada que había causado la guerra. Sometida casi de inmediato al asedio del gobierno provisional, la Comuna fue reprimida con extrema dureza (Wikipedia).

El 26 de abril de 1871, los francmasones parisinos se habían reunido por la tarde en un teatro, proponiéndose en el curso de la misma ir a plantar las banderas masónicas a las fortificaciones que defendían la ciudad, y se decidió salir inmediatamente, con la bandera a la cabeza, a llevar al Hôtel-de-Ville la magna resolución.

La Comuna recibió a los delegados en el patio de honor. “Si al principio -dijo el orador Thirifocq- los francmasones no han querido actuar, es que querían adquirir la prueba de que Versalles no estaba dispuesto a ninguna conciliación. Hoy están resueltos a plantar sus banderas en las fortificaciones. Si una sola bala los toca, los francmasones marcharán con ímpetu unánime contra el enemigo común”.

Tres días después acudieron a cumplir su palabra, el 29 de abril por la mañana, una enorme multitud llenaba las bocacalles del Carrousel, lugar de cita de todas las logias. A las diez, seis mil Hermanos, en representación de cincuenta y cinco logias, estaban alineados en el punto de encuentro. Seis miembros de la Comuna los llevaron al Hôtel-de-Ville, cruzando por entre la muchedumbre y los batallones que acordonaban el trayecto. Una música solemne, de carácter ritual, precedía al cortejo; los oficiales superiores, los grandes maestros, los miembros de la Comuna y los Hermanos, con la ancha cinta azul, verde, blanca, roja o negra, según el grado, seguían, apiñados en torno a sesenta y cinco banderas que aparecían por primera vez a la luz del sol. La que marchaba a la cabeza, la bandera blanca de Vincennes, mostraba en letras rojas la divisa fraternal y revolucionaria: “Amémonos los unos a los otros”. Fue especialmente aplaudida una logia de mujeres (H. Prosper-Olivier Lissagraray).

Un Hermano de la Logia Perseverancia, fundada en 1790, recabó para sí el honor de ser el primero que plantase en las fortificaciones la bandera de su Taller. Un miembro de la Comuna les dio una bandera roja: “Que acompañe a vuestras banderas. Que ninguna mano pueda en lo sucesivo lanzarnos a unos contra otros, como no sea para que nos abracemos”, dijo. Y el orador Thírifocq, señalando la bandera de Víncennes, dijo: “Vamos a presentarla la primera a las filas del enemigo. Diremos a éste: ¡Soldados de la madre patria, fraternizad con nosotros, venid a abrazarnos!… Si fracasamos, iremos a unirnos a las compañías de guerra”. Tras muchas dificultades y grandes riesgos, una delegación de todos los Venerables Maestros fue plantando las banderas desde la puerta Maillot hasta la de Bineau. La bandera blanca fue enarbolada en el sitio más peligroso, en la avanzada de la puerta Maillot.

Fuentes:

  • H. Prosper-Olivier Lissagraray, Historia de la Comuna de Paris.
  • Wikipedia.