Los orígenes de la masonería contemporánea (1).

Primera parte del artículo escrito por Pablo Bahillo Redondo para la Gran Logia de Canarias.

Existen antiguos documentos y manuscritos medievales que atribuyen un origen mítico a la Masonería. Sin embargo, es muy difícil concretar con exactitud de dónde procede esta organización.

El catedrático Javier Alvarado Planas, nos indica que los más remotos antecedentes occidentales de las corporaciones de oficio se sitúan en los «Collegia» romanos (Plutarco, Numa, 14 y Plinio, Hist.Nat.34.1).

En su libro, «Heráldica, simbolismo y usos tradicionales de las corporaciones de Oficio; Las marcas de los canteros», el Dr. Alvarado Planas nos señala que «desde el siglo XVIII, los historiadores han venido discutiendo en qué medida las corporaciones de oficio medievales fueron herederas de los «Collegia fabrorum» romanos y, en consecuencia, prolongaron algunas de sus costumbres y conocimientos».(1)

Los «antiguos documentos» más importantes son los siguientes: «Honorarios de los maestros com macini (sigloVII)»; «Los Estatutos de los canteros de Bolonia»(1248); «El Manuscrito Regius (circa 1390); «El Manuscrito de Cooke (circa1415)»; «Los Estatutos de los masones de Estrasburgo (1459); «Los Estatutos de Ratisbona (1498); «El Manuscrito Grand Lodge Nº1 (1583)»; «Los Estatutos Schaw (1598)»; «El Manuscrito Iñigo Jones (1607)» y «El Manuscrito de Edimburgo (1696)».

«Se acepta generalmente que lo que entendemos hoy por masonería nació en Gran Bretaña, especialmente en Escocia, a partir de las viejas logias operarias de los canteros. Entre estas cofradías figura, desde el siglo XIV, la Venerable Compañía de Masones, que en el siglo XVII albergaba un núcleo conocido con el nombre de <<Aceptados>> en el que podían ingresar otras personas. (2)

En el texto titulado «Origen, Evolución y Naturaleza de la masonería contemporánea», cuyo autor es el catedrático Pedro Álvarez Lázaro, podemos leer que: «los orígenes medievales de la masonería actual es universalmente aceptada por la historiografía científica». Seguidamente nos indica que «El primer autor que emitió tal opinión fue el Abad Grandidier de Estrasburgo, que no era masón, y quien para componer su obra << Essai historique et topographique sur l’eglise cathédrale de Strasbourg>> (Larrault, Strasbourg, 1782) encontró en el archivo de la capilla de Nuestra Señora de Estrasburgo, documentos originales que demostraban que la sociedad de francmasones era muy similar a las corporaciones de albañiles que habían trabajado en Estrasburgo tres siglos antes. (3)

En este mismo sentido, el Dr. Álvarez Lázaro nos señala que «posteriormente, un grupo de investigadores alemanes de comienzos del siglo XIX descubrieron y examinaron críticamente nueva documentación; todos ellos masones y verdaderos creadores de la masonología científica.

Destacaron K.CH.F. Krause, F. Mossdorf, F. Heldmann, I.A.Fessler, y G. Kloss. Estos hombres demostraron con pruebas fehacientes que la sociedad de los francmasones no tenía ningún objeto ni fin político, ni era una orden cualquiera de caballeros, sino que procedía de las corporaciones de oficios de la Edad Media»; «Los precedentes inmediatos de la masonería operativa hay que situarlos en la edificación de conventos románicos en los siglos XI y XII llevadas a cabo por monjes, primero benedictinos y después cistercienses». (4)

l profesor José Antonio Ferrer Benimeli, en su libro «La Masonería», nos relata el nacimiento de la masonería moderna y nos recuerda que el paso de la masonería operativa o medieval (la de los constructores de catedrales de los siglos XIII al XVI), a la actual masonería especulativa, puede seguirse a través de una serie de documentos que permiten apreciar la transición.

«Éstos se encuentran, sobre todo, en la famosa Gran Logia de Edimburgo, que tenía sus reuniones en la logia St. Mary Chapel. Precisamente la St. Mary Chapel Lodge, de Edimburgo, ha conservado sus archivos completos desde 1599. Estos archivos nos permiten constatar que, poco a poco, a lo largo del siglo XVIII aparecen en los procesos verbales, al lado de los verdaderos operarios que trabajaban la piedra, otros personajes de los que consta ejercían una profesión totalmente diferente: abogados, mercaderes, cirujanos, eclesiásticos, etc.»(5) Según el doctor Ferrer Benimeli «El período de transición abarca fundamentalmente de 1660 a 1716, época de trastornos civiles, y que había concentrado en Inglaterra a la mayor parte de los masones operativos europeos a fin de reconstruir la ciudad de Londres, prácticamente destruida a raíz del incendio de 1666».

En el Archivo del Estado de Bolonia se conservan dos importantes documentos masónicos del siglo XIII, «los Estatutos de los canteros de Bolonia» del año 1248 y la «Matrícula» del año 1272. Este último «contiene 371 nombres de maestros. Examinando la lista en cuestión, en algunos casos, a continuación del nombre de los <<maestros>> está indicada la actividad profesional por él ejercida. Y curiosamente encontramos dos notarios, un zapatero, dos panaderos, un sastre, tres farmacéuticos, dos religiosos, cinco o seis nobles o hijos de familias nobiliarias, etc. Esto induce a pensar que la Sociedad de Maestros Albañiles de 1248 acogía además de a los propiamente constructores a aquellos que sólo indirectamente podían participar en la obra de edificación, incluidos los juristas y hasta los teólogos, filósofos y poetas, dada la incidencia religioso-alegórica que las construcciones tenían especialmente en las iglesias y palacios. Este tipo de miembros asociados podría hacer pensar en la figura del << maestro albañil aceptado>>, es decir, la incorporación de personas ajenas al <<Arte>> propiamente dicho. Así pues, lo que en Escocia e Inglaterra fue un fenómeno claro y determinante en la segunda mitad del 1600, tal vez fuera ya practicado en Bolonia en 1272, es decir, varios siglos antes». (6)

Según el catedrático Pedro Álvarez Lázaro, » en el siglo XVII las logias abrieron sus puertas a cualificados miembros honoríficos desvinculados del arte de la construcción, y, en consecuencia, experimentaron cambios sustanciales en su composición sociológica. Con estos nuevos cofrades o <<accepted masons>>, la masonería fue perdiendo paulatinamente su carácter profesional y adquiriendo mayor vocación intelectual y nuevos horizontes espirituales.

Aquellos masones aceptados, algunos de ellos miembros destacados de insituciones científicas tan prestigiosas como la Royal Society de Londres, trataron de incorporar al universo mental de las logias los ideales de tolerancia y universalismo profetizados por las utopías de Bacon, Campanella o Valentín Andrea; Comenio, Newton, Locke, Grotius, etc., e intentaron hacer de la masonería una sociedad imbuida de orden material, de honestidad, de sinceridad y deseosa de mantener la paz social dentro de una máxima libertad». (7)

Pablo Bahillo Redodo es Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Valladolid. DEA en Farmacología por la Universidad de Valladolid. Médico. Actualmente Doctorando en Historia Contemporánea en la Universidad de Extremadura.Ha presidido la Gran Logia General de España y el Supremo Consejo de España.

Notas:

(1) Extractado de: Javier Alvarado Planas, Heráldica, simbolismo y usos tradicioales de las corporaciones de Oficio; las marcas de canteros. Madrid,2009, pp .13-22. Museo Virtual de Historia de la Masonería UNED. «Los Collegia fabrorum romanos y el origen de la masonería».

(2) Extractado de: S. Vatcher (Ex Gran Maestre de la Logia Quatuor Coronati nº 2076 E.C. de Londres), «La historia de la Masonería en Gran Bretaña», en José A. Ferrer Benimeli ( coord.), La Masonería, Historia 16, Extra IV-Noviembre 1977, pp. 95-100. Publicado en Museo Virtual de Historia de la Masonería. UNED. En «Historia de la Masonería en Gran Bretaña». Sala VI: «La Masonería en otros países». Sala «Salvatore Quasimodo»: Historia de la Masonería en Inglaterra.

(3, 4 y 7) Extractado de Pedro Álvarez Lázaro (Universidad Pontificia Comillas), «Origen, Evolución y Naturaleza de la masonería contemporánea», en Pedro Álvarez Lázaro, (coord.), Maçonaria, egreja e liberalismo. Masonería, Iglesia y Liberalismo, Actas da Semana da Faculdade de Teologia, Porto, 1944, Porto-Madrid, 1996, pp.33-46. Publicado en Museo Virtual de Historia de la Masonería UNED. Sala IV: Orígenes de la masonería. Sala: «Los cuatro Santos Coronados». Título del artículo: «De la masonería operativa a la especulativa».

(5) Ferrer Benimeli, José Antonio. Libro: «La Masonería». Segunda Edición. Cuarta reimpresión: 2017. Alianza Editorial. ISBN: 978-84-206-4789-0. Capítulo 2 :»De la masonería operativa a la especulativa» «Nacimiento de la masonería moderna». p.29.

6) «Estatutos de los canteros de Bolonia (1248)». Publicado en Museo virtual de la masonería UNED. Sala III: Documentos. Sala:»Aderson y Désaguliers». Fueron publicados por L. Frati, Statuti del Comune di Bologna. 1250-1267, vol. 3, Bologne, 1869-1884 y posteriormente por Eugenio Bonvicini. La <<Carta>> di Bolgna del 1248 della Societá dei Maestri Muratori, Bolonia, 1982. Su estudio y traducción al español fue realizada por J.A. Ferrer Benimeli, «Estatutos de los canteros de Bolonia del año 1248», Libro de Trabajos de la Logia de Estudios e Investigaciones Duque de Wharton, 1998-1999, Gran Logia de España, Tarragona, 1999, pp. 63-82.