Cómo la masonería puede integrar la tradición y la modernidad, promoviendo un diálogo abierto y fraternal que enriquezca la experiencia espiritual de sus miembros.
Esta entrada aborda la evolución y las particularidades de la masonería del Rito Escocés Antiguo y Aceptado (REAA) conforme a su práctica en base a los principios del Convento de Lausana de 1875, destacando la importancia de la libertad de búsqueda de la verdad y la tolerancia como principios fundamentales de la masonería que practican las organizaciones masónicas alineadas con los fundamentos de este Convento, que principalmente son la Gran Logia de Francia a la cabeza y con ellas las obediencias adscritas a la Confederación Internacional de Grandes Logias Unidas (CIGLU), entre las que se encuentra la Gran Logia de Canarias, y que se alejan de las visiones más dogmáticas y restrictivas que predominan en otras obediencias.
Existe una «doxa occidental» que categoriza las creencias en tres alternativas: la espiritualidad monoteísta, el politeísmo o animismo que debe ser corregido, y el ateísmo o agnosticismo que se centra en el progreso material. Sin embargo se debe rechazar esta visión simplista, ya que la masonería que gira en torno al Convento de Lausana de 1875 se enfoca en la espiritualidad sin imponer límites en términos de religión o autenticidad de las prácticas espirituales. Esto contrasta con otras tradiciones masónicas, donde se requieren creencias específicas, como la fe en un ser supremo en el caso de las logias inglesas o la mejora personal a través de principios bíblicos en las logias estadounidenses.
A nivel mundial, la mayoría de las logias se centran en aspectos más sociales o comunitarios, mientras que la masonería escocista basada en el Convento de Lausana busca un espacio de intercambio no dogmático que acoge a una diversidad de creencias. Este enfoque inclusivo se remonta a la independencia que la Gran Logia de Francia tomó en 1894 respecto al Supremo Consejo de Francia, permitiendo una mayor apertura a diferentes corrientes de pensamiento.
Esta concepción de la masonería como una orden iniciática, tradicional y universal, que no impone límites a la búsqueda de la verdad, es una visión que no es compartida por la mayoría de los francmasones en el mundo. Es una visión se basa en la idea de que la masonería debe trabajar hacia la emancipación de la humanidad, combinando espiritualidad, tradición y modernidad.
Hay que resaltar la importancia de la tolerancia desde esta perspectiva, que es esencial para garantizar la libertad de búsqueda de la verdad. La masonería debe ser un espacio donde se fomente el diálogo y el entendimiento entre diferentes creencias y enfoques, lo que contribuye a la lucha contra la ignorancia y a la promoción de la justicia y la solidaridad.
La masonería tal como se entiende en el contexto del Convento de Lausana, se convierte de esta manera un camino hacia la emancipación progresiva y pacífica de la humanidad, donde la búsqueda de la verdad y la práctica de la moral son fundamentales. Esta visión, aunque no es la más común en el mundo masónico, representa un enfoque valioso que combina la tradición con la modernidad, ofreciendo un espacio para el crecimiento personal y colectivo.
Relación entre la tradición y la modernidad en el contexto de la Francmasonería.
Gustav Mähler definía la tradición como «la preservación del fuego» en lugar de «el culto de las cenizas». Desde esta perspectiva la tradición debe ser vista como un proceso dinámico y no como una mera repetición del pasado.
Existen tres corrientes de pensamiento sobre la tradición que coexisten en las logias masónicas. La primera se refiere a la «Tradición primordial», influenciada por René Guénon y la escuela perennialista, que sostiene que existe una revelación divina original que se ha degradado a lo largo del tiempo. Esta visión es acrítica y más dogmática, promoviendo una comprensión elitista de la espiritualidad. La segunda corriente es más inclusiva y permite su cuestionamiento e interpretación, abarcando lo que se ha denominado «Sophia perennis», que se refiere a una sabiduría eterna que trasciende las tradiciones específicas. La tercera corriente es más contemporánea y se relaciona con la idea de modernidad, que implica un progreso y una liberación de los dogmas del pasado.
Llegados a este punto toca abordar el concepto de modernidad masónica, entendida como una búsqueda de progreso y verdad, donde la francmasonería se debe definir como una alianza de hombres de diversas creencias, comprometidos con el perfeccionamiento de la humanidad. No obstante, hay que defender que la modernidad no debe ser vista como un concepto absoluto, sino como una serie de posibilidades que permiten a las generaciones actuales construir sobre el conocimiento acumulado por las anteriores.
La Francmasonería, desde su fundación, ha buscado un equilibrio entre la tradición y la modernidad, lo que se refleja en su práctica y en la Declaración de Principios del Convento de Lausana de 1875. Esta declaración es un hito que permitió una apertura hacia una espiritualidad más inclusiva y universal.
Los que defendemos y practicamos esta concepción de la masonería, debemos estar atentos contra las simplificaciones que pretenden dividir a los masones en tradicionalistas y progresistas, animando a considerar la historia de la humanidad como un proceso en el que las respuestas no son siempre claras.
Finalmente, una reflexión sobre el concepto de «Francmasonería Universal» y su relevancia en la práctica masónica contemporánea: actualmente es necesario explorar más a fondo qué significa este concepto en un contexto donde la Francmasonería se presenta como una tradición viva y en constante evolución.
Por todo lo expuesto anteriormente, no es aventurado afirmar que el Convento de Lausana de 1875, estableció los pilares de una Francmasonería que integra conceptos aparentemente antagónicos como son la tradición y la modernidad, promoviendo un diálogo abierto y fraternal que enriquece la experiencia espiritual de sus miembros. La búsqueda de un equilibrio entre estos dos aspectos es fundamental para el desarrollo de una práctica masónica que sea relevante y significativa en el mundo actual.
Fuente: texto extractado de “Lausanne 1875, Tradition et modernité”, Christophe Dioux R.L. Denis Papin (Blois), Grande Loge de France.
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